Este concepto presenta una visión del individuo con discapacidad intelectual como una persona con
capacidades y limitaciones, que requiere de apoyos para su funcionamiento en un ambiente normalizado,
con las mimas oportunidades, derechos a crecer, progresar y vivir su vida plenamente, estos aspectos deben
tenerse en cuenta por los profesores para plasmarlos en las planificaciones y así mejorar las condiciones
pedagógicas que conduzcan al conocimiento a todos los estudiantes[7]. Por su parte, la Organización
Mundial de la Salud, establece cinco categorías referidas a la discapacidad intelectual, que incluyen la
discapacidad intelectual límite, donde se evidencian aspectos específicos del aprendizaje, la discapacidad
intelectual ligera, donde el estudiante desarrolla habilidades de comunicación y logra adaptarse al mundo
laboral, la discapacidad intelectual media o moderada, donde sus habilidades comunicativas se desarrollan
aceptablemente de forma oral, pero no de forma escrita, tampoco posee pensamiento abstracto ni es capaz
de realizar operaciones lógicas concretas, siendo su desarrollo cognitivo general equivalente al de la etapa
preescolar. Además, está la discapacidad intelectual severa, donde el estudiante no asimila esquemas
mentales preoperatorios (juego, relato, fantasía, etc.), su lenguaje es elemental, su grado de autonomía social
y personal es muy reducido y su retraso psicomotor es importante. También está la discapacidad intelectual
profunda, donde el desarrollo intelectual del estudiante es el equivalente a dos años. Cada situación, es
totalmente dependiente, carentes de habilidades de comunicación y presentan un deterioro acusado en la
psicomotricidad [8].
De acuerdo con el instructivo otorgado por el ministerio de educación de Ecuador, al momento de evaluar
estudiantes que presentan Discapacidad Intelectual, es relevante contemplar sus posibilidades, habilidades,
y su participación funcional en los entornos en los que se desarrolla. Por ello es necesario considerar que las
pruebas sean objetivas y con lenguaje sencillo, instrucciones segmentadas, cortas y claras, otorgar puntaje a
los pasos intermedios de la tarea de distintas asignaturas, aunque el resultado no sea el correcto, en
especial en matemáticas. Así como, utilizar un vocabulario accesible, apoyos gráficos, simbólicos y visuales.
Utilización de secuencia de láminas, con objetos reales, apoyos gráficos en los ítems, que ayuden a entender
mejor la pregunta y dar la respuesta correspondiente. De manera complementaria, utilizar una variedad de
elementos concretos [4]. En este mismo contexto, las adaptaciones curriculares comprenden todas las
modificaciones que se efectúan en los componentes del currículo, como los objetivos, destrezas,
metodología, recursos, actividades, tiempo de realización de la tarea y/o evaluación, así como en las
condiciones de acceso, con el fin de responder a las necesidades de cada estudiante [9]. Para lograr esta
adaptación, el docente y los representantes deben mantener una comunicación efectiva [10]. Sin embargo,
la realidad es que muchos padres de familia no tienen los conocimientos para continuar las actividades en
casa, y adicional a esto, tienen carencias económicas y largas jornadas laborales que le impiden atender de
forma apropiada a sus hijos [11].
Es importante destacar que el uso de las matemáticas resulta imprescindible para las personas, ya que
todo ser humano, requiere tener ciertos conocimientos matemáticos que le ayuden en el diario vivir y que
contribuyan a realizar cálculos ya sea en cosas tan sencillas como el cambio del dinero, la medición de
distancia, entre otros. La formación matemática es una herramienta para la vida, que no solo aporta al
desarrollo de futuras profesiones, sino que es un complemento para la vida social y las relaciones comunes
con la vida familiar, la gestión del hogar y el desarrollo común de la persona [12]. Con estas premisas, es
fundamental que las instituciones educativas implementen adaptaciones curriculares en esta área, a
estudiantes con problemas de aprendizaje, sean estas asociadas o no a alguna discapacidad. Ya que el
conocimiento en áreas matemáticas es una fortaleza para el individuo, tanto en su desenvolvimiento laboral
como social [13]. De esta manera, el uso de estrategias didácticas en la formación matemática, constituyen
un conjunto de técnicas, actividades y recursos que orientan el desarrollo de destrezas de aprendizaje en los
estudiantes. Es decir, que las estrategias facilitan el proceso cognoscitivo del educando mediante la
utilización de métodos, técnicas y recursos acertados para la coordinación de las tareas [14]. Por ello, es
fundamental que el docente tenga las competencias y habilidades necesarias para poner en marcha su
planeación basada en todos los aspectos de las secuencias didácticas y las estrategias de acción, y así
cumplir con el objetivo que se tiene [15].
ISSN-E: 2697-3650
Minerva Journal
120
Vol.5, Issue N°13, (pp. 117-126)
Mendoza W. Adaptaciones curriculares para el aprendizaje de conceptos matemáticos en estudiantes con necesidades educativas intelectuales